Al entregar el RUT, las empresas crean un perfil personal con tu comportamiento y privacidad, información que posteriormente es convertida en una base de datos comercial que otras empresas compran para evaluar tu salud, educación o economía. Tú eres el producto.
La moderna vida de la señora Rut
Es muy común en nuestra vida cotidiana que nos pidan el número de identificación cada vez que vamos a adquirir un producto. Para convencernos, nos dicen que dar el RUT sirve como una herramienta de fidelización que nos otorga un beneficio, por ejemplo, acceder a descuentos y promociones exclusivas, o acumular puntos. Pero la verdad es que el interés por nuestra información va más allá de entregarnos un “premio”, en realidad lo que buscan es hacer perfiles de clientes que nos transforman en un producto.
No solo estamos entregando nuestro Rut, también estamos permitiendo el cruce de información.
Los datos que las empresas obtienen de nosotros, les permiten realizar informes completos de nuestra calidad de vida y comportamientos, lo que deriva en la elaboración de perfiles más detallados y acabados de nuestros gustos, intereses e intimidad. De esta forma, los comercios pueden ir realizando campañas cada vez más personalizadas para sus distintos públicos, así por ejemplo, ciertas empresas pueden saber, incluso, antes que nosotros mismos, qué tipos de enfermedades padecemos, qué productos podrían ser atractivos para nosotros, e incluso saber si una mujer se encuentra posiblemente embarazada, aún cuando ella todavía no lo haya notado. ¿Por qué? porque usan algoritmos que predicen con certeza.
Dos veces al mes compartiremos contigo las viñetas de la señora Rut y te instamos a contarnos tus propias experiencias en este tema. ¿Han utilizando tus datos para ofrecerte algo que te produjo sorpresa? ¿Te asombraste cuando adquiriste algo y luego en tus redes sociales aparecían más y mejores ofertas para el mismo producto? Cuéntanos y podrás ver tus historias graficadas en la vida de la señora Rut.
¿Qué buscamos con esto?
Queremos emplazar a las empresas y comercios a que manifiesten claramente la finalidad que tienen para solicitar nuestros datos personales. Exigimos que se informe en forma clara sobre los propósitos que tienen para solicitar el RUT, y con quienes se compartirá ese dato, de modo que cumplan con las exigencias actuales del artículo 4º de la Ley 19.628.
Un poco de historia…
El número de identificación nacional en Chile ha sido utilizado desde los años 30’, momento en que se dictó la Ley Orgánica del Servicio de Registro Civil. Su creación tenía el único objeto de acreditar la identidad de las personas. Desde su formación estuvo directamente vinculado al Registro Civil, organismo al que le correspondía exclusivamente el registro de ciertos hechos que servían como fuente del estado civil de las personas.
La finalidad con la que surgió el número de identificación nacional cambió con la implementación del Rol Único Tributario, en 1969. En el caso de las personas naturales el rol único nacional, asignado por el Servicio de Registro Civil, pasó también a tener la función de identificar a las personas como contribuyentes ante el Servicio de Impuestos Internos.
Es distinto en el caso de las personas jurídicas: empresas, sociedades y organizaciones sin fines de lucro. Para ellos, su número de identificación es asignado solamente por el Servicio de Impuestos Internos.